En los últimos años los oftalmólogos venimos notando el aumento del número de pacientes jóvenes con sequedad ocular en nuestras consultas. En gran parte esto es debido al uso de
dispositivos electrónicos como smartphones, tablets, ordenadores, etc.
Los oftalmólogos debemos hacer un buen diagnóstico del problema y diferenciar un ojo seco evaporativo (por aumento de la evaporación de la lágrima) del hiposecretor (por falta de
producción de lágrimas).
El tratamiento dependerá del tipo de ojo seco y habrá que hacerlo de forma individual pues cada paciente es distinto y su grado de inflamación es diferente.
La sequedad ocular implica inflamación en la superficie del ojo y es por ello que en muchas ocasiones el inicio del tratamiento es con colirios antiinflamatorios.
Por otro lado, se trata de un problema generalmente crónico y va a necesitar un tratamiento prolongado, por lo que la relación médico-paciente va a ser muy importante.