GLAUCOMA AGUDO

El glaucoma es un trastorno que puede afectar la Glaucomavisión.  La presión en el interior del ojo aumenta y daña el nervio óptico, que es el que envía mensajes al cerebro.  En el glaucoma agudo, esto sucede en cuestión de horas.

Los pacientes ancianos con vista de largo alcance pueden sufrir glaucoma agudo.  La presión del ojo aumenta bruscamente porque el líquido que se forma detrás del iris presiona hacia delante.  Esto impide la salida del líquido fuera del ojo.

El ojo se pone rojo, es muy doloroso y se puede pasar mal.  En los estadios precoces, se pueden ver anillos con los colores del arco iris en medio de una niebla y después la visión se vuelve borrosa porque la elevada presión del ojo enturbia la córnea.

Es necesario tratamiento oftalmológico urgente para disminuir la presión ocular y mejorar las molestias.  Después de administrar gotas anestésicas, se coloca una lente de contacto en el ojo para enfocar el rayo láser.  El láser permite hacer un orificio en el iris para mejorar el flujo del líquido alrededor del ojo.

El tratamiento con láser cura la mayoría de los pacientes con glaucoma agudo.  Sin embargo, el optometrista  debe valorar la presión ocular cada año, ya que puede aumentar de nuevo.

GLAUCOMA CRÓNICO

GLAUCOMA CRONICO

En el glaucoma crónico, el líquido dentro del ojo no puede drenar de forma adecuada y la presión aumenta lentamente.  Esto lesiona el nervio óptico, en la parte posterior del ojo, que envía mensajes al cerebro.  Primero se afecta la visión lateral o periférica y la visión central se afecta sólo cuando el nervio óptico está seriamente dañado.  No es doloroso.

La lesión del nervio óptico no puede curar o mejorar, pero la presión del ojo puede disminuirse para detener la evolución de la lesión.  Es posible que se ignore que se padece un glaucoma en los estadios iniciales.  Si la edad es superior a los 40 años y en la familia alguien tiene glaucoma, es importante que un oftalmólogo examine los ojos, al menos, una vez al año.

La presión ocular se controla utilizando un instrumento para insuflar una pequeña cantidad de aire en el ojo o poniendo gotas anestésicas amarillas en el ojo y después presionando suavemente una pieza iluminada de plástico azul contra la superficie del ojo durante unos segundos.

La lesión del nervio óptico puede valorarse utilizando un oftalmoscopio para mirar el nervio, o sosteniendo una lente delante del ojo mientras se observa éste con una lámpara de hendidura.  Si el nervio está lesionado, varía la forma y aparece «ahuecado» porque ha desaparecido el tejodo sano.  Esto causa visión periférica deficiente.

Una prueba del campo visual puede valorar la visión periférica.  El paciente deberá mirar directamente a una mancha central de luz y decir cuándo puede ver otras manchas de luz fuera del borde del ojo.

A veces, la presión ocular no disminuye sólo con el láser y es necesario un tratamiento a largo plazo con gotas oculares.  Si ésto no funciona, hay que someterse a una intervención denominada trabeculectomía.  Se hace un pequeño corte en la parte anterior del ojo por debajo del párpado superior para permitir la salida de líquido del ojo y así reducir la presión ocular.

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